1 Corintios 10. ¿Debe el cristiano participar de fiestas paganas?


Estudio Bíblico Nº 5  
Exégesis de Versículos Bíblicos
Versión usada: RV 1960-Textus Receptus
1ª Corintios 10:14-22
11/09/2015 10:46
Jaris Vega 
Lcdo. Teología
MtTh. (Mg) Teología

1ª Corintios 10:14.- “Por tanto”, del griego ‘dióper’ (διόπερ), expresión enfática, ‘precisamente’, solo aquí y en 8:13 y 14:13. Clausula que sirve para introducir las razones por las cuales debe evitarse participar de ‘lo sacrificado a los ídolos’. Severas son las advertencias hechas a quienes se enogullecían de la libertad ‘cristiana’.

1ª Corintios 10:14.- “Por tanto, amados míos, huid de la idolatría”.
Pablo aquí continua hablando del tema que había dejado pendiente en 8:13, y que trata de la adoración a los dioses paganos. Ahora ordena a los corintios ‘huir’ de la idolatría, haciéndolo como quien escapa de algún peligro. Así que no solo debe evitarse la idolatría, sino que es necesario huir de la misma. ¿Por qué?

1ª Corintios 10:16.- “ La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?”.
Pablo alude a la copa de bendición[1] en la cena pascual, la Mesa del Señor (Mat. 26:27). Beber la sangre y comer el pan, que representan cuerpo de Cristo, es entrar en comunión real con él. Participar de la Mesa del Señor trae bendición y fortaleza a la vida espiritual.

1ª Corintios 10:18.- “Mirad a Israel según la carne; los que comen de los sacrificios, ¿no son partícipes del altar?”
El apóstol explica que comer de la misma mesa, ya sea esta pagana (19-21), judía (18) o cristiana (16-17), implica la comunión con aquel que se adora. Al celebrar la comida del animal sacrificado, los hebreos participaban del altar de Dios, recibiendo las bendiciones de dicho sacrificio, y obteniendo del Altísimo perdón y protección.

1ª Corintios 10:19-20.- “Qué digo, pues?¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos? Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican”.
Los ídolos nada son, pero los demonios que actuan detrás de éstos, de hecho, son reales. Las fuerzas que están detrás de ellos apartan a los hombres del Dios verdadero, además de la influencia diabólica que ejercen sobre vida del espíritu, la mente y el pensamiento. Incluso, imágenes, esculturas, vídeos o peliculas pueden llegar a ser vehículos para las operaciones de los demonios. En muchas ocasiones Israel participó de estas prácticas (Deut. 32:17, 21).

1ª Corintios 10:19-20.- ...y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios”
Existía un peligro real para los que se jactaban de conocer la realidad espiritual. Asistir a la mesa de los paganos para comer lo sacrificado a los ídolos significaba, primero, entretenerse en la antesala de los templos idolátricos; y en segundo lugar, implicaba establecer algún tipo se relación social[2]. Con todo ello los creyentes no hacían otra cosa más que ubicarse bajo la esfera de actuación e influencia de los demonios[3].
  
1ª Corintios 10:21.- “No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios.”.
Es imposible que el creyente se pueda sentar en ambas mesas. Una comunión real con Dios excluirá todo lo que proceda del reino de Satanás, y todo lo que incite al pecado, al error y el extravío. El mundo del pecado y las tinieblas poseen un poder irresistible de atracción que ha causado el extravío y la condenación de miles de cristianos, que en su jactancia, se arrimaron al fuego, y con el tiempo se quemaron[4].

1ª Corintios 10:22.- “¿O provocaremos a celos al Señor? ¿Somos más fuertes que él?”
El grupo de corintios que comían lo sacrificado a ídolos usaban mal el conocimiento y la libertad que esgrimían. Así que Pablo les recuerda que desafiar a Dios, abusando de su Gracia, traerá sobre ellos los mismos juicios que trajo sobre los creyentes del Antiguo Testamento (10:1-13). Todo sigue igual, y la apostasía sigue creciendo.



[1]  La tercera copa de la Pascua, llamada la copa de bendición, pasando el nombre a la Cena del Señor. Sobre esta copa el padre de familia pronunciaba una bendición de agradecimiento. Luego la daba a los demás. (Mateo 26:27). Con ello la comida era bendecida y consagrada a Dios, quien nos da todo y los liberó del jugo egipcio. En la sangre de Cristo, toma un significado más profundo.
[2] Debe existir la necesaria separación.
[3]  Daniel paso por esta experiencia.
[4]  Quienes pasan los días de la semana en comunión con el mundo, no deben subir al púlpito. No tienen fuerza ni poder.

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